Así fue como nuestro bisabuelo consiguió ahorrar las 15.000 pesetas (90,15€) con las que, en 1932, se convirtió en el propietario de las bordes de Les Pardines. La finca constaba documentada en escrituras anteriores al año 1600. Y su principal edificación se construyó en 1819.
Y así continuó durante años, pese a la economía de subsistencia y al duro clima (a 1.600 m de altitud) de este enclave del Pirineo. Su tercer hijo Josep Puy Rosell, y su esposa Lola, continuaron con la tradición familiar, con la ganadería como actividad principal. Pero decidieron ampliarla con actividades agrícolas de plantación de cereales… y de un cultivo incipiente: el tabaco.
En los 70, Andorra había sufrido la gran transformación económica, abierta al turismo y al comercio. Cuando Josep Puy Bergés cogió las riendas de Casa Ginota, el cultivo del tabaco era ya el motor económico del sector primario del país.